De vez en cuando aparecen figuras carismáticas poseedoras del don de hechizar al público espectador para ser admiradas y elevadas a categorías casi místicas. Sin duda hay magia de por medio, que se materializa adoptando la forma visible y estrepitosa del aplauso compartido por corazones llenos de emoción. Ocurrió hace poco en el regreso de Miriñaque y más lejos en el tiempo con Strategos, para volver a repetirse ahora con Luthier Blues, entre otros magníficos ejemplares que a pesar de sus diferencias están unidos por haberse ganado la ovación de la gente. Felicitamos y agradecemos a todos ellos por regalarnos su magia y esperamos ansiosos por más momentos inolvidables como este.
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