En la Redonda de Palermo @hipodromopalermo se te pudo ver impetuoso, con todos tus bríos, repartiendo patadas indomable, el público extasiado por tanta potencia…
Era tu despedida y esa fue tu manera de reclamar, de gritar que lo que más querés es seguir corriendo como el viento, siempre, pero de algún modo te diste cuenta de que eso ya no puede ser.
Solo te calmaste cuando Leandro se subió a tu cruz y te llevó a la pista sonriente, cabalgando juntos como si fueran uno solo, recibiendo el tan merecido aplauso del público.
Y ahí sí se te pudo ver tranquilo, satisfecho, feliz, corriendo como el viento una última vez.
¿O será que Leandro te contó al oído lo bien que la vas a pasar como padrillo?😉
¡Buena vida querido tordillo Miriñaque!
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Foto Silvana Boemo