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«Ahora soy político»

Entrevista a Rodrigo Blanco, trabaja de jockey y quiere trabajar para los jockeys

La provincia de Córdoba le ha dado al turf argentino gran cantidad de sus hijos que han sabido destacarse. Como Rodrigo Blanco, que a la temprana edad de 17 años cortó el cordón con la capital cordobesa y se vino a Buenos Aires.

 

 

El festejo en el GP Pellegrini del 2004 con Fire Wall

Hoy, casado con Belén, padre de cuatro hijos: Joaquín (17), Lautaro (16), Juan Cruz (11) y Pedro (3) lleva casi 2.000 carreras ganadas, entre ellas cuatro Dardo Rocha, dos Pellegrini y dos Nacional, en 21 años de trabajo: “En una época a mis hijos ni los veía, me iba a las 6 de la mañana y cuando volvía a la noche ya estaban durmiendo. Así que en un momento decidí tomarme como un relax y darle más tiempo a mi familia aunque eso perjudicara mi trabajo como jockey. Mi familia es mi pilar”, admite y confiesa que la única carrera que le falta ganar es un Latinoamericano: “El día que lo gane, me retiro”, asegura.

 

 

En su casa con la foto de uno de los cuatro Dardo Rocha que lleva ganados

En los peores tiempos de la pandemia, con hipódromos cerrados y carreras suspendidas, se lo pudo ver en movilizaciones y en los medios de comunicación reclamando soluciones. Es que desde hace unos años Rodrigo tiene una participación activa en el gremio que representa a jockeys y cuidadores (Asociación Gremial Profesionales del Turf): “Las condiciones de trabajo de un jockey pueden ser muy duras. Hay épocas en las que corrés 20 carreras por semana y hay rachas en que por ahí corrés solo una. Si no tenés un contrato, o un sueldo es un poco injusto, algunos ganan mucho y otros muy poco. Estas cosas me llevaron a meterme en el gremio a pesar de que no me gusta la política, para tratar de que a los jockeys nos traten de otra manera, de que tengamos beneficios”, explica con firme convicción. 

 

 

Ganando el GP Pellegrini del año 2004 con Fire Wall

El mes que viene (Diciembre de 2021) habrá elecciones en La Gremial y Rodrigo Blanco es el número dos en la lista que se medirá con la liderada por el cuidador Juan Carlos Maldotti: “Hoy en día estoy con el oficialismo, pero ahora somos todos gente nueva. Argentina esta para un cambio de generación en todos los rubros y aunque haya otra lista yo creo que ellos quieren lo mismo que nosotros. Como gremio tenemos que defender al afiliado, que se sienta representado. Se trata de actuar, no de figurar que estás y ni siquiera pedir las cosas o defender a un compañero. Tenemos mucho para mejorar. La verdad que me entusiasmé, ahora soy político”, dice y suelta la carcajada.

 

 

Sus inicios como jockey en Bs As no fueron fáciles. Los primeros años vivió en un stud del Hipódromo de Palermo hasta que el mismo día que ganó la carrera número 120 y pasó a ser jockey profesional, se le presentó la oportunidad de ir a correr a Suecia y no la desaprovechó: “estuve dos temporadas en Suecia y también en otros países de Europa. Fue una experiencia muy buena aunque al principio fue duro”, recuerda.

 

Por ese entonces Rodrigo tenía 20 años y la distancia y el idioma fueron un desafío al igual que acostumbrarse a correr con reglas diferentes: “Allá las cosas son muy distintas. Por ejemplo, está limitada la cantidad de fustazos que podes darle al caballo durante la carrera. Me pasó la primera vez que corrí allá que me olvidé del reglamento y le pegué demasiadas veces al caballo. Yo estaba contento porque había entrado segundo pero apenas me bajé del caballo me llamaron los jueces del Comisariato. Yo no entendía nada porque me retaban en sueco, en inglés. Tuve que pagar más de multa que lo que había ganado en la carrera. Arranqué perdiendo, ya de entrada. Encima después los suecos me veían como el indio que casi mata al caballo. Pero por suerte a la semana gané una carrera increíble y no usé la fusta ni una vez y a partir de ahí me empezó a ir rebien.”

 

 

Compitió en diferentes lugares de Europa como Francia, Ascot (Inglaterra) o Hamburgo (Alemania) donde ganó un clásico de grupo corriendo por primera vez en sentido contrario al usado en nuestros hipódromos: “En Europa a los jockeys nos tratan como figuras. Antiguamente acá también era así, pero se ha ido perdiendo eso. Hay muchas cosas que tuve la oportunidad de conocer allá que me gustaría que también fuesen así acá y para eso el Gremio y estar unidos es fundamental”, enfatiza.

 

 

En su Córdoba natal las carreras siempre fueron parte de su vida ya que su casa estaba a pocas cuadras del hipódromo cordobés y además sus dos tíos estaban ligados a la actividad, uno como jockey y el otro como transportista de caballos y él desde muy chico los acompañaba a las cuadreras: “Siempre quise correr. Mi tío camionero me regaló mi primer casco, las botas y la fusta porque mi tío jockey no me daba mucha bola. Ahora lo entiendo, porque yo no quiero que ninguno de mis hijos sea jockey. Gracias a Dios salieron gigantes. Este es un laburo que me apasiona pero puede ser muy duro también”, admite.

 

Fotografías: Silvana Boemo