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La encefalomielitis dejó siete muertos
La enfermedad equina se transmitió al ser humano, pero según el SENASA finalmente el brote pudo ser controlado
Uno de los grandes temas del verano -entre muchos otros que no son inherentes a esta publicación-, es «el mosquito». Además de lidiar con el Aedes Aegypti -transmisor del Dengue- ahora ha venido a invadirnos otro artrópodo del mismo nombre pero de apellido Albifasciatus, un «mosquito de inundación» causante de la reaparición de la Encefalomielitis Equina que ataca principalmente a caballos, mulas y burros, y que puede ocasionar en el ser humano desde fiebre leve hasta la muerte. Tan veloz fue su expansión -ya se detectó en diecisiete provincias argentinas y también en el Uruguay- que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) tuvo que salir de apuro a reunirse con cámaras veterinarias y farmacéuticas para coordinar un plan de acción integral que frene el brote, como restablecer la vacunación obligatoria, inspeccionar establecimientos y generar controles nacionales georreferenciados de los animales. En lo referente a la actividad hípica, desde el 1 de febrero rige un Protocolo para Eventos Ecuestres y Deportivos.
Según el último boletín sanitario emitido por el SENASA -del 5 de febrero-, se confirman un total de 1.419 brotes positivos. Hasta ahora, el brote tiene presencia en las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, San Luis, La Pampa, Entre Ríos, Formosa, Santiago del Estero, Río Negro, Salta, La Rioja, Mendoza y Neuquén. Las tres variantes de Encefalomielitis Equinas son la Este, Oeste y Venezuela: la que circula en el país es la Oeste, que por fortuna es la menos virulenta de las tres.
En cuanto a los contagios en humanos, la enfermedad adquiere formas leves pero en casos de mucha exposición al mosquito y condiciones de riesgo previas puede terminar con la muerte. El Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud informa hasta el 15 de febrero de 2024 71 casos confirmados, con siete fallecidos, seis de los cuales consignaban antecedentes de enfermedad previa o condición de riesgo (diabetes, enfermedad oncológica, hipertensión arterial, entre otras).
El ciclo de transmisión de la EEO se origina cuando el mosquito pica a una rata o un ave infectada, llevando este Alphavirus al equino o al ser humano, también vía picadura. Para cortar el ciclo hay dos fórmulas: por un lado, las clásicas y difundidas medidas tendientes a prevenir el Dengue, como vaciar cacharros, desmalezar o cortar el césped; por otro, las de carácter veterinario: la utilización periódica de repelentes especiales para equinos (hay diecisiete disponibles) y la aplicación de la vacuna con sus respectivos refuerzos.
«Dentro de la variead de síntomas -explican desde el equipo del Programa de Enfermedades Equinas que coordina el médico veterinario Mariano Iturria (SENASA)- los signos más significativos que se reconocen son incoordinación de los miembros posteriores, hiperexcitación, ataxia (dificultad para sostener el equilibrio), depresión, hipertermia y decúbito en las fases terminales (la típica postura del animal cuando descansa). En cuanto al tratamiento, no existe uno específico sino que es sintomatológico, es decir, se trata caso por caso de acuerdo a los síntomas que presenten».
Más allá de las recomendaciones, las acciones concretas desde el sistema de salud implicaron un trabajo conjunto del SENASA, la Cámara de Veterinarios y la Comisión Nacional de Sanidad y Bienestar Equina. «Evaluamos las medidas preventivas en las regiones afectadas para redactar el Protocolo que, entre otros puntos, regule los eventos ecuestres y deportivos, y el control de movimientos y concentración», sostienen los veterinarios del SENASA.
El punto central del protocolo es el restablecimiento de la vacuna obligatoria. Desde el equipo de Iturria explican: «Gestionamos con las cámaras de productos veterinarios agilizar y fortalecer la elaboración y distribución de vacunas, dada la inicial insuficiencia de dosis disponibles. Y a través del Laboratorio Nacional que el SENASA tiene en la localidad bonaerense de Martínez (Partido de San Isidro) mejoramos los mecanismos de autorización de lotes para acumular la mayor cantidad».
Por su parte, Leonardo Mauro, jefe técnico de Animales Familiares y Equinos de Tecnovax -la compañía que elabora la vacuna en la Argentina-, explica «que la vacuna debe aplicarse a partir de los 2 meses de vida en animales sanos. Luego se debe aplicar una segunda dosis que logra una respuesta inmune más sólida y duradera. Y también desde febrero es obligatorio contar con el certificado de vacunación para trasladar a los animales, trámite que se realiza a través de la llamada “Estampilla Digital Contendor” desde el sitio oficial de la empresa. La vacuna debe ser aplicada por veterinarios exclusivamente, en animales sanos, descansados, hidratados y que no se encuentren cursando la enfermedad».
Prevención en Eventos
El Protocolo es especialmente estricto y más fácil de aplicar en los eventos hípicos y deportivos, cuya organización debe designar un veterinario/a responsable de los controles sanitarios, así como también presentar la certificación de que los animales fueron vacunados contra las variantes de Encefalomielitis Este y Oeste. «Cuando tomamos conocimiento de la aparición de la EEO -explica Claudio Huarte, jefe de veterinarios del Hipódromo Argentino de Palermo-, implementamos desde la Gerencia Hípica y el Servicio Veterinario un plan de fumigación día por medio en la Villa Hípica y en la zona de centro de pista y lagos. Desde el 1 de febrero todos los pura sangre que compitan deben estar vacunados, según resolución del SENASA. La vacuna recibe un refuerzo a los 30 días y luego se da una dosis anual. No hubo ningún caso de EEO en el predio».
Similares medidas se tomaron en San Isidro. Según explica el médico veterinario Alberto Costa -Gerente de Veterinaria en el Hipódromo de San Isidro, lo que incluye el área hospital, servicio químico, laboratorio y veterinaria- «se vacunaron inmediatamente todos los equinos pura sangre y de polo y además se prohibió el ingreso al centro de entrenamiento a todo equino no vacunado contra la Encefalomielitis al menos con 15 días de anticipación. Y el tránsito previo a las carreras se organizó en el Campo 1 directamente. Además, y en colaboración permanente con el SENASA, se controló la vacunación de los caballos en otros hipódromos que iban a competir en San Isidro. Y los días de las carreras se vacunaron después de correr a los caballos llegados desde lugares donde aun no habían llegado vacunas. No hubo ningún equino contagiado».
Tras esta batería de medidas, el boletín sanitario del SENASA indica que el brote estaría controlado y los casos han empezado a mermar.
Fotografías: Silvana Boemo